El club de los sueños compartidos - #6
Sexto capítulo de una serie de relatos compartidos entre unos cuantos locos y locas de la comunidad hispanohablante de Substack. ¡Vamos a ver qué historias salen de estos encuentros oníricos!
Estos relatos surgen de la creatividad de siete personas que nos encontramos a través de este medio y que compartimos el gusto por la escritura✍🏼
Acá están los primeros 5 capítulos:
Capítulo 1 escrito por
Capítulo 2 escrito por
Capitulo 3 escrito por
Capítulo 4 escrito por
Capítulo 5 escrito por
Y, el capítulo 6 👇🏼
Bue, sin dudas tengo que dejar de quedarme dormido en el bote, ya me había dado cuenta yo que esto de dormir con los pies mojados no le hace bien a uno. ¡Porque si te mojas la cabeza te viene el resfrío, pero si se te mojan los pies te aparecen estos sueños raros!
Estar tanto tiempo solo en el mar lo hacen pensar a uno, y yo de tanto estar solo aprendí a conocer mis sueños. Se que son siempre en blanco y negro, a veces un poco azulados. Pero nunca tienen otros colores, menos lucecitas de colores. Y este cuarto está lleno de lucecitas que titilan. Claramente me metí en el sueño de otro.
Elegí sentarme en esta silla metálica, despacito para no hacer ruido, no quiero molestar, no sé qué intenciones tienen estas personas. Algunos a mi alrededor están de pie, otros sentados. No conozco a nadie. Y la verdad, ninguno parece venir del mismo lugar. Una parejita que está en el suelo parece conversar, pero no logro oír nada. Hay un loco que hace ademanes, creo que quiere decir algo, pero no entiendo qué. Otro hombre también grita, parece enojado. Y a mi izquierda hay una chica que toma notas en una libreta, parece entender un poco que hacemos todos acá o al menos lo aparenta.
No quiero hacer contacto visual con nadie, así que mantengo mi mirada en el suelo y solo la levanto disimuladamente para ver de vez en cuando si algo cambia. A la chica morena que está frente a mí se le cae un libro, llego a leer el nombre: “Sueños que no se dijeron y que después se olvidaron”. Ecco! ¡Sin dudas ella tiene que saber qué carajos hacemos todos acá!
Tendré que hablar con ella si quiero averiguar algo, tomo impulso para levantarme y acercarme, pero la mujer con la libretita avanzó primero. Mejor no hago nada, seguro estas dos traman algo. Disimulo, hago como que no veo nada, pongo la cabeza un poco de costado, preparo el oído bueno y trato de prestar atención, quizá con todo este silencio a mi alrededor pueda llegar a escuchar algo. No sé si pasaron segundos o minutos, acá el tiempo es extraño. No escucho nada, decido mirarlas de nuevo. ¡Y allá fue! Mi oportunidad de saber algo más se esfuma como la señora que dejó caer su libro y desapareció. También el muchacho aquel que se movía como loco desapareció, al igual que el hombre todo enojado ¿Acaso nadie lee ese estúpido cartel que dice “Prohibido hablar. Expulsión inmediata”?
El viejo raro en harapos también se fue, aunque él no gritaba ni llevaba ningún libro con él. ¿Será que hay otras reglas además de la que indica el cartel? Definitivamente no me tocaron sujetos muy inteligentes en este sueño. Al menos yo sé que si me duermo en el bote con los pies mojados aparezco acá. Sé que si hablo fuerte me expulsan, por lo tanto, sé que cuando quiera puedo irme y se cómo regresar.
No sé si los demás saben cómo entrar y cómo salir, o si caen acá por alguna otra razón. La chica en pijamas con la libretita también ha desaparecido. Quedamos la parejita y yo. ¿Por qué siguen acá? Veo que se miran. Creo que se comunican de alguna manera. Quizá se conocen o llegaron juntos hasta acá.
El piso empezó a llenarse de agua. ¡No me gusta esto! La parejita no me mira. La pelirroja se le va encima a él. El hombre, todo grandote, parece asustado. Pero igualmente siguen ahí. El olor a mar es fuerte. Se me enfrían demasiado los pies. Mi jersey está todo húmedo. La silla se mueve. No quiero hacer ruido, pero tengo miedo. Siento que mi barco se hunde, ahora sí parece una pesadilla esto, ¿o será real? Grito fuerte. No sé si es por miedo o por instinto para salir de acá. Veo destellos, todo se pone negro. Si mi barco continúa conmigo como todos estos años podré volver. Sino, habrá sido mi última oportunidad de saber que pasa aquí. ¡Y yo que me creía tan vivo!
🌊🌊🌊
Gracias por leernos! La historia continua, y al parecer, es el encargado de rematarla. Siganlo para saber cómo termina!
Si disfrutaste de este sueño compartido, dejanos un comentario o, mejor aún, compartí estas historias para que alguien más pueda leerlas. Creo que también es una buena invitación para que más personas se sumen a crear historias compartidas. Es realmente enriquecedor encontrarse con personas que aprecian la literatura y el arte de crear con palabras ✨
En realidad tu personaje sí que sabe sobre los sueños compartidos. ¡Me encanta!
Muy bien transmitida esa sensación de ahogarse en el mar. Creo que solo un capítulo no va a ser suficiente para rematar...